Cada objetivo que te marcas en la vida tiene su proceso, tiene unos obstáculos que salvar, tiene dificultades que hay que asumir, zancadillas de las que te tienes que recuperar, esto es, que nunca lograrás o alcanzarás un objetivo transcurriendo por un camino de rosas, no sin espinas.
No basta con poner todo de tu parte, además de hacerlo tienes que contar con las dificultades que no dependen de ti, con los escollos o trampas que te vienen dadas por estar así establecido. Es un camino que se inicia con todas las ganas del mundo y tienes la obligación de mantenerte con ellas si quieres conseguirlo, si quieres llegar a la meta que te has marcado.
En esto del fútbol, en la liga española, no iba a ser distinto, ni lo es, ni nunca lo ha sido ni tiene visos de que deje de serlo. Si tú, equipo que no eres Madrid o Barcelona, quieres hacer algo grande en esta jungla, tienes que salvar muchos escollos ya establecidos desde siempre.
Primero tienes que formar un equipo sin las posibilidades de los dos de siempre, tienes que hacerlo con muchísimo menos dinero que ellos, tienes que hacerlo aceptando condiciones que siempre serán a favor de ellos y por supuesto, tienes que tener asumido el mangazo de turno cuando te enfrentes a ellos.
Una vez asumida esta realidad y asimilados todos los contratiempos e imponderables con los que te enfrentarás, tienes que ponerte manos a la obra, tener suerte y por descontado, no desfallecer en el intento e ir superando paso a paso los osbstáculos con los que te vas encontrando.
El Sevilla ha iniciado su camino desde el principio, formando un equipo, una plantilla, con las dificultades económicas ya sabidas, con ese plus de trabajo en la confección que significa el carecer de recursos económicos, se ha afianzado como equipo, como conjunto, como un grupo cohesionado. Superó la prueba contra el Deportivo de demostrar que se tiene la misma intensidad que contra uno de los grandes, prueba que sirve para demostrar que se aspira a algo mas que pasar la competición tranquilamente y luchar por tus objetivos.
Ahora viene otra prueba, una prueba que sirve para demostrar si se es fuerte de cabeza, para probar si es capaz de levantarse de uno de los obstáculos establecidos en este camino, y que no es otra que saber si tras sufrir un mangazo o robo contra uno de los dos favorecidos, el equipo es capaz de retomar el camino que llevaba, volver a luchar por ganar, a competir de igual a igual.
Es difícil siempre, ya que además del mazazo que supone sentirse robado, estos partidos dejan secuelas como lesionados, expulsados y otros daños colaterales.
Lo de ayer ha pasado siempre, siempre ha existido y siempre existirá, lo importante en este camino que ha emprendido el Sevilla es levantarse, olvidar el atraco, superar los daños colaterales sufridos y ganar la próxima jornada.
Soy optimista, creo que lo hará, el equipo da esa sensación, gusta, te implica, te da motivos para que creas en él y lo defiendas sintiendote orgulloso. Hasta ahora el equipo ha superado los escollos y obstáculos establecidos en este camino, sigamos confiando en él.