35 temporadas en mi vida, todos mis recuerdos tienen un protagonista que no ha salido de los mismos desde que entró. Es mas, no tengo recuerdos en los que no esté presente, no se si decir que estaba en mi desde que nací, pero si puedo asegurar que no recuerdo ningún día sin que haya estado presente.
Recuerdo que me casé, y en la celebración de la boda se jugó un Betis/Sevilla que empatamos, que mi hija mayor nació de madrugada y que cuando fui, ya por la mañana, a hacerla socia ya lo era y solo tuve que recoger el carnet, igual pasó con la pequeña.
Te recuerdo siendo pequeño, especialmente en domingo, nervioso desde la mañana, sabiendo que tras el almuerzo habia que ponerse la ropa bonita para ir a verte, que nervios, que cosquillas, que ilusión por llegar y entrar, por bajar del coche, siempre junto a San juan de Dios, dar la mano a mi padre y a mi hermano e ir a casa a verte. Parece mentira pero lo recuerdo en blanco y negro, esas gradas frias de hormigon, grises, esos biris que empezaban a poblar la grada norte.
Era algo mas que ir a un partido de fútbol, era una liturgia, un ritual, era el premio a 15 dias soñando con que llegara ese momento, no había internet, ni digital plus, ni teletexto para seguir tus noticias, alguna escapada en el bar para ojear el “abc” y para de contar hasta el siguiente domingo donde volvía el ritual, la liturgia, el bendito camino hacia tu casa.
Tambien estabas presentes en mis peticiones, los niños pedian bicicletas y balones y ropas de equipos de fútbol, la tuya incluida, pero yo no, yo pedía verte ganar, verte triunfar, soñaba con verte campeón, eran mis sueños , solo mios … y tuyos. Creo, porque lo he leido, que a eso lo llaman Fé, yo siempre estaba contigo y tu no me dabas lo que te pedía, ni siquiera podia ver nada que me demostrara que si, que lo habías hecho y que volver a repetirlo era cuestión de tiempo, pero yo era mas pesado y tenía mas Fé en ti que nadie.
Pasó el tiempo y nada cambió, ni amor por ti,ni mis sueños, ni por supuesto la nula respuesta a mis peticiones, solo que ahora si podía ver en documentos antiguos que si, que habías sido campeón y que mi Fé tenía fundamentos, pero poco me importaba, nada iba a cambiar mi devoción, mi Fé, mi entrega a ti. Que me dieras algo sería un regalo, yo me sentía pagado con poder verte cada domingo, cada miércoles de copa del Rey.
No se si alguna vez deje de confiar en verte Campeón, si que nunca dejé de soñarlo, pero de lo que estoy seguro es que Jamás pensé en dejar de acompañarte y de llevarte en mi corazón. Ahora que me has dado todo lo que soñé y pedí cuando niño, como siempre estaré contigo, a tu lado, en nuestra casa y como dicen los biris:
Otra vez mi Sevilla, otra vez vengo a verte, otra vez en gol norte, otra vez con mi gente, hasta el día en que me muera yo estaré en esta grada, que yo no cumplo años yo cumplo temporadas.