Me he concedido casi dos días para opinar sobre el partido del otro día y sobre la FIGURA, porque es una auténtica figura, de San Andrés Palop, principal en nuestro santoral y altares.
Es cierto que San Andrés mide mal su salida en el tercer gol racinguista, y hay posibilidades de que sea igualmente cierto que en el primer gol de los cántabros no existiera falta a nuestro guardamente, al menos a mí -y puedo equivocarme- no me pareció infracción del jugador del Racing.
Luego puede ser que Andrés tuviera una cuota importante de responsabilidad en uno o dos de los goles del rival.
Tampoco sé si será toda en ambos, porque en el primero, el jugador del Racing remata solo, como la una. Y en el tercero, con superioridad numérica y por mucho que estuviéramos buscando la victoria desesperadamente, no se puede conceder un uno contra uno en desventaja posicional de nuestro defensor por mucho que Andrés midiera muy mal su salida.
Porque también hizo una gran parada.
Con lo cual, me cuestiono varias cosas:
¿Meten Luisfa, Kanouté o Negredo todas las ocasiones de gol de las que disponen? ¿Porque si perdemos un partido por 3-2 es culpa de la defensa y del portero o tiene algo que ver que no hayamos marcado más goles que el rival desperdiciando ocasiones?
No me refiero concretamente -que podría- al partido del Racing, sino como fenómeno extensible a casi cualquier partido de fútbol.
Que Andrés Palop no está en su mejor forma es evidente, pero que Andrés Palop tiene por delante A LA PEOR DEFENSA que ha tenido en sus últimos 10-12 años y que no es digna de Primera División es aún más evidente.
Tanto en el Valencia como aquí supongo que habrá jugado muchos partidillos de entrenamiento defendiendo la portería de los juveniles. Yo no tengo ninguna duda, es más, poseo la certeza absoluta, de que ni jugando con nuestro juveniles o con los del Valencia frente a sus compañeros de ambas primeras plantillas, Palop tuviera peor defensa de la que ahora dispone el Sevilla FC.
Y su baja forma, Y DESQUICIAMIENTO -añado- coincide, qué casualidad, con la entrada en barrena del sistema defensivo del Sevilla ideado por Manolo Jiménez, quien POR NORMA, desbarató el sistema de presión por parte de nuestro equipo, nunca lo exigió, convirtiéndonos en el único equipo de Primera (y probablemente de Segunda, de Segunda B y de toda Europa) cuyos delanteros y medios no presionaban la llegada rival.
Que Palop sea un gran guardameta no quiere decir que sea el mejor del mundo. A uno de los mejores, Casillas, lo hemos visto durante varias temporadas ser fusilado sin piedad por las delanteras rivales, la nuestra entre ellas.
Y sin ser el mejor del mundo San Andrés, de él estáis recordando el partido copero de vuelta frente al Barsa del año pasado, pero ¿y en el de ida? ¿y en Getafe? ¿y en la final?…
¿Y el partido que perdimos 3-2 en el Bernabéu cuando nos remontaron un 0-2 y hace menos de un año NOS CHUTARON 34 veces a portería?
Que el Madrid nos chutara en un partido 34 veces no tiene mucho perdón, pero que nos lo hiciera en quince ocasiones el Valladolid y fuéramos uno de los equipos contra el que disparaban más a puerta tiene delito.
San Andrés Palop lo que tiene que estar es de los nervios.
Y nunca ha sido de mi agrado su juego con los pies, me parece torpe tanto a la hora de despejar (apura demasiado y además luego la impulsa fatal con lo cual mejor que lo haga antes porque nos quita nervios y el resultado será el mismo) como a la hora de sacar cuando carece de precisión.
Tampoco ha sido nunca el mejor portero del mundo saliendo, pero ni ahora ni antes.
¿Que tiene 37 años? Sí, y probablemente comienza su declive que presumo lento, porque nuestro héroe se cuida.
El día de la final de Barcelona tenía 36 años y 7 meses menos 3 días. Cuando era cuestionado en noviembre, tenía 37 años y y 10 días. Un portero no cae así por la pendiente, no al menos San Andrés Palop Cervera.
Drago volverá en semanas, con 35 años siendo jugador de campo, como desgastado tiene el almanaque Dios, Frederic Kanouté, al igual que comenzará a tenerlo Luisfa y hace tiempo que lo sabe Renato y lo está averiguando Escudé.
¿Hay que exigirle más a Palop que a Kanouté? ¿Hay que hacer más leña de los goles recibidos por San Andrés de los que no materializa Dios?
Creo que a San Andrés le vendrá bien que se mantenga la confianza en él unos partidos más con una defensa en la que aparezcan lo menos posible el clan de las diademas (Alexis+Cáceres), Fernando Navarro y Dabo, cosa harto difícil pero a mi juicio fundamental.
Porque Andrés, San Andrés de mi alma y vida, San Andrés de mis entretelas, tú que eres portero en tu área, que daría igual que amputadas tuvieras las piernas, eres a quien yo vi en Gelserkirchen un 20 de abril, sobrio, enorme.
Eres a quien vi un 27 de abril, jueves de Feria, el de aquel gol del minuto 100 del año 100 de tu querido Antonio, ahí abajo en la portería de gol sur, pateando el poste a cada saque de esquina alemán. Dejando a cero a los alemanes durante los 210 minutos de la eliminatoria.
O dejando a cero al Boro, o al Barsa en Mónaco, o al Getafe en una Madrid sevillista -¡ay ese balón robado a Guiza en el minuto 4!- y al Atlético en Barcelona, o quien se levantó como una cordillera alpina en Glasgow delante de nuestra portería al mismo tiempo que hacías brazos para acariciarle un balón a Adriano en aquella banda… llegando allí tras cierto remate de cabeza -porque con las piernas jamás lo hubieras hecho- en la lejana Ucrania.
Puede que ya no te levantes como una cordillera alpina, o que tu brazo no dé para un saque preciso de 35 metros, o para que dejes a cero nuestra portería en tantas y tantas finales, quizás ya no. Pero yo no dudo, Andrés, San Andrés, capitán de mis sueños, que estás ahí porque siendo grande de condición, lo eres aún entre nuestros tres palos.
Enorme, Andrés, enorme, gigante. Gracias y tranquilízate, tienes todo mi apoyo