Ser grande no es fácil, no es algo a los que todos puedan llegar, es difícil, entraña muchas vicisitudes, mucha entrega, mucha constancia, mucho acierto, y mucho trabajo. Cuando se llega a ese status, a esa posición de privilegio, se disfruta de lo conseguido y se debe continuar con la dedicación y entrega puesta sobre el asador para llegar, todos lo dicen “ es mas dificil mantenerse que llegar”.
¿Todo es bueno cuando se alcanza la consideración de grandes? No, ni mucho menos, hay que tener en cuenta algunas consideraciones, por ejemplo:
.- Despiertas envidia, los demás quieren, añoran, llegar a esa posición que tu has logrado, que tu has conseguido, sienten que se la has arrebatado y por lo tanto tienes que vivir con ello.
.- Ya no eres simpatico, esto es lógico y normal. Ahora caes mal por estar ahí, en un lugar donde no todos llegan.
.- Nacen nuevos enemigos, es la segunda parte de perder la simpatía, ahora luchas contra rivales que antes no te tenian por tal, por lo tanto nuevos rivales contra los que competir, solo que estos llevan mas tiempo en la élite y saben manejarse mejor en la misma.
.- Los intentos para hacerte caer vendrán desde muchos frentes, sumen ustedes a todos los rivales antes mencionados, por un lado los que se han quedado en el camino para llegar a donde tu has logrado posicionarte y por otro los que no te tenian como rival y no les hace ninguna gracia que les haya salido otro contrincante en todos los sentidos. A estos rivales o enemigos hay que añadir los grupos de presión que controlan.
.- La prensa, si esa prensa que no soporta que estés ahí por que el otro equipo de la ciudad no pasa por su mejor momento. O esa prensa que te ve como un nuevo enemigo y no te quiere ni en pintura.
Pero tiene muchas mas cosas buenas, muchisimas mas, tienes el orgullo de que tu equipo esté ahí, en la élite, disfrutas con cada triunfo, con cada título, con cada clasificación. Presumes orgulloso de esa envidia que despierta tu equipo. Te sientes bien cuando lees a los grupos mediáticos de los “siempre grandes” criticar a tu equipo por que te sienten como un rival. También te mosqueas cuando estos se alegran y se recrean cuando, como ahora, no pasas por la mejor racha.
Pero somos grandes, y hay que aguantar la presión de estar ahí, de disfrutar de esa posición de privilegio, hay que aguantar que haya muchos que disfruten cuando las cosas no salgan, cuando no vayan bien. Si entre todos hemos conseguido llegar, entre todos nos mantendremos. Para ello, hay que continuar hoy defendiendo ese título conseguido hace apenas siete meses.